Educación:


·         Educación: Cuanto más joven se empiece a enseñarle, mejor. Lo ideal, y en ciertos casos imprescindible, es que en cuanto entra en casa se dé comienzo a su educación.

Como reglas generales, no hay que perdonarle ni un fallo ni una desobediencia, ser más constantes que él, y no dar por finalizado un ejercicio hasta que no lo ha hecho correctamente. De lo contrario aprenderá que a veces puede salirse con la suya, y obedecerá solo cuando le interese.

Se deben usar órdenes cortas, preferiblemente de una sola sílaba, y que no lleven a confusión (no usar palabras muy parecidas para órdenes diferentes). Muchos adiestradores suelen usar el idioma alemán, pero para nuestras necesidades "domésticas" basta con usar cualquier palabra corta y de sonido claro.
Algunos trucos:

Acudir a nuestra llamada
Se debe usar siempre la misma palabra (también puede ser un silbido único para el cachorro) como orden, para no confundirle. Es posible que obedezca voluntariamente, en ese caso hay que premiarle para fomentar esa obediencia. Si no obedece se puede usar una cuerda larga y al tiempo que se le da la orden, se le atrae hasta nosotros, hasta que acabe entendiendo lo que se le esta llamando (cuando entienda hay que premiar).

Acostumbrarse al collar y a la correa.
Ponérselos para salir y quitárselos en cuanto llega a casa, para que lo asocie al paseo. No es bueno dejarle siempre suelto en la calle, o cuando llegue a adulto no se acostumbrará a ir atado. Cuando es muy pequeño conviene dejarle tirar de la correa (le desarrolla los músculos del pecho); pero al crecer ha de aprender a ir al lado sin tirar.

Sentarse.
Para enseñar al cachorro basta con hacerle levantar la cabeza y empujarle los cuartos traseros hacia el suelo, al tiempo que se le da la orden (cuando entienda premiar). Esto lo aprenden muy fácilmente y ya no lo olvidan.

Detenerse.
Es fácil de enseñar si llevamos al perro atado. Cada vez que nos paremos damos la orden y si sigue andando se da un tirón de la correa (un tirón no agresivo), obligándole a pararse (cuando se detenga hay que premiar).

Para que el perro desarrolle el instinto guardián, basta con enseñarle en sus primeros meses de vida atreves del juego. En esa etapa, a los perros les gusta morder todo lo que esta a su paso, para evitar destrozos usted puede tener un juguete para que el muerda (enseñarle que solo puede morder su juguete), también se puede jugar con una cuerda o un paño, estimularlo para que la persiga, luego dejar que la muerda y tirar de la cuerda, para que se forme una pequeña batalla, luego felicitar y premiar, de esta forma estamos desarrollando su instinto de presa.
 
Caminar al lado. Tumbarse. Otras.
Si le llevamos atado es fácil hacer que camine a nuestro lado. El que vaya pegado a nuestra pierna sin ir atado, el tumbarse, el acudir a nuestra llamada y sentarse frente a nosotros, etc, son órdenes más complejas, más difíciles de enseñar, y forman parte de un adiestramiento especializado, que va más allá de la mínima educación imprescindible.

Adiestramiento.
El perro, instintivamente, está predispuesto a entender lo que le decimos, y a actuar en nuestra defensa o la de nuestras propiedades. Cualquier poseedor de un perro le puede enseñar casi lo que quiera (también depende de la inteligencia y la predisposición a colaborar del perro), pero para ciertas tareas es imprescindible la educación profesional.

Si quieres intentar adiestrar al animal tu mismo, el éxito que obtengas dependerá de tu preparación en el tema, de lo que hayas aprendido (hay muchos libros sobre el tema), de como te compenetres con tu perro, y sobre todo, de hacerlo bien y no cometer errores (es muy difícil reeducar a un perro que haya aprendido algo mal). Si quieres que tu perro haga algo específico y no estás capacitado, deja su enseñanza en manos de un adiestrador profesional.

Hay adiestramientos variados: de rastreo, de obediencia, de defensa y ataque, y muchos más. Como ejemplo se listan los ejercicios que se efectúan en las pruebas de obediencia para pastores alemanes, junto con una breve descripción (no detallada) de lo que se exige:

Comportamiento con la correa - El perro, atado con la correa, ha de seguir al conductor. Se camina, se hacen giros y medias vueltas, caminando, corriendo... El perro siempre debe llevar la cabeza pegada a la rodilla izquierda del conductor, y si este se detiene, el perro se sienta sin que se le tenga que decir nada.

Seguir libremente - Lo mismo que el ejercicio anterior, pero con el perro suelto. Además se efectúan dos disparos mientras se hace el ejercicio, y el perro ha de mostrar indiferencia.

Sentarse estando en movimiento - Mientras se camina, el conductor dá la orden de sentarse, pero no se detiene. El perro ha de sentarse de inmediato y esperar a que vuelvan a por él.

Combinación de tumbarse y acercarse - Mientras se camina, el conductor le da al perro, sin detenerse, la orden de tumbarse. El perro se ha de tumbar de inmediato mientras que el conductor se aleja. Cuando éste ha avanzado unos 30 pasos, se gira y se detiene. Después llama al perro, y a la orden el perro ha de acudir corriendo y sentarse frente al conductor. A otra orden de ponerse al lado, el perro ha de pasar por detrás del conductor y sentarse a su izquierda.

Traer un objeto en terreno llano - El perro ha de traer, cuando se le da la orden, un objeto que el conductor ha lanzado. Ha de sentarse frente al conductor y no soltar el objeto hasta que se le dá la orden de soltarlo.

Traer un objeto con salto libre sobre un obstáculo de 1 metro de alto - Similar al anterior pero el perro ha de saltar sin tocar el obstáculo, a la ida y a la vuelta.

Traer un objeto subiendo por encima de un obstáculo - Como el anterior, pero el obstáculo no puede superarse de un salto y el perro ha de trepar a la ida y a la vuelta.

Avanzar unos pasos y echarse - El conductor señala con el brazo una dirección y dá la orden de avanzar. El perro ha de caminar él solo en línea recta, hasta que se le ordena echarse.

Echarse bajo distracción - Después de ordenar al perro echarse el conductor se aleja unos 40 pasos y se queda de espaldas al perro. Otro perro hará algunos de sus ejercicios, y durante este tiempo, el primer perro no ha de moverse hasta que el conductor vuelva a buscarle.
Además hay otros ejercicios, como pararse al caminar (quedándose el perro de pié), o tumbarse durante la carrera. Y esto en cuanto a obediencia, sin hablar de las pruebas de rastreo o de ataque y defensa.
Esto muestra que el adiestramiento es una tarea muy especializada que conviene dejar en manos de un profesional. Normalmente nuestro perro no necesitará todos estos conocimientos, o hacer esos ejercicios a la perfección, excepto si queremos llevarlo a competiciones.

Alimentación:


·         Alimentación: Si queremos que el perro nos dure mucho tiempo, y que esté sano, hay que comenzar por darle bien de comer. Esto no significa darle de comer hasta reventar, hay que tener en cuenta la calidad y la cantidad de lo que come, exactamente igual que haríamos para con una persona. Antiguamente se consideraba al perro como poco más que el “cubo de la basura” de la cocina. Es cierto que un perro se come todo (o casi todo) lo que le den sus amos, pero una alimentación a base de sobras no es exactamente lo mejor que se le puede dar.
No hace falta complicarse con el menú. Hoy se pueden encontrar en los comercios suficiente cantidad de alimento para perros (buscar uno de buena calidad. Preguntar al veterinario o a un experto) que ya están pensados para que el esté bien alimentado.
      Dale siempre de comer a la misma hora. Un perro sano funciona como un reloj y te ayudará a controlar el cuando realiza sus necesidades. De esta forma puedes organizar el día (comidas y paseos) con más facilidad.
      Tan malo es darle demasiada comida como demasiada poca. Además, el tipo y cantidad de comida que se le ha de dar varía con su edad y su desarrollo. Pregunta al criador o al veterinario (generalmente, los embases del alimento para perros traen tablas donde muestran la ración especifica de acuerdo al estatura, edad y peso).

No le dejes nunca el plato lleno a rebosar para que coma cuanto le venga en gana, porque un perro gordo cuesta mucho que baje de peso, esto trae consigo enfermedades y degeneras su calidad de vida. Enséñale a comer como es debido, si se pone ansioso, juguetón, agresivo, mañoso u otros, no se la des hasta que se calme. Aprenderá a comer en un estado de tranquilidad y respetándote (evitaras lastimarte con algún salto del perro o movimiento brusco ).


La ración diaria, es conveniente repartírsela en tres comidas (a los cachorros) y en dos (a los adultos). Es de suma importancia que el perro siempre tenga a mano agua fresca y limpia.


      No debe darse comida fuera de horario, o siempre estará pidiendo. Y jamás se le debe dar comida de la nuestra mientras estamos en la mesa, menos aún si es un cachorrillo. Hacerlo, causa dos problemas (siempre estará pidiendo cada vez que te sientes a comer, aparte que le puede traer problemas de peso. Lo otro que puede suceder es que le guste mucho tu comida, y luego rechace su alimento para perros, lo que conlleva a pasar hambre.
      Si el perro está sano y no ha cogido malas costumbres, el hecho de que no coma, o solo coma parte de lo que le dejas en el plato, puede deberse a estas causas:
      Ya está saciado. Basta con reducirle un poco la ración diaria para arreglar el problema. Se sabe que es este el caso, si aparte del hecho de no comer, el perro sigue estando alegre y activo.
     
      El perro "sabe" que ha comido lo suficiente, en relación al ejercicio que hace. Posiblemente le paseas poco, y el perro deja de comer, instintivamente, cuando ya ha satisfecho sus necesidades.

Hace mucho calor. Si es este el caso, no le obligues a comer, o ponle la comida después del atardecer, cuando el calor disminuya.

Está aburrido de la comida. A veces pasa. Puedes “condimentársela” un poco, por ejemplo, mezclándole con la comida media sardina en aceite (de lata). Si come como una fiera, es que ya estaba harto de que la comida siempre tenga el mismo sabor.

Está enfermo. Normalmente habrá otras señales adicionales, además de la falta de apetito. Vigílale.

Cuando debas cambiarle el tipo de comida (por ejemplo, de alimento para cachorros a alimento  para adultos) no lo hagas de golpe sino gradualmente, mezclando ambos tipos de comida y variando la proporción de la mezcla, poco a poco, hasta el nuevo tipo de comida.

Si un día se te antoja darle carne en vez de su alimento, no se la des nunca cruda. Cuécela un poco, al menos. Evitarás problemas digestivos por la falta de costumbre (ya que los perros al ser domésticos y no salvajes tienen un estomago adaptado a comidas preparadas, no a comidas crudas) además de eliminar el riesgo de parásitos.
         Puedes darle huesos para roer, de vez en cuando (no muy a menudo o tomará exceso de calcio y a la larga tendrá problemas). Dale huesos grandes: la rodilla de ternera es ideal, después de cocerla un poco. Huesos pequeños (de pollo, de conejo) no se los des nunca, los astillará y tragará casi enteros. Si no se le atraviesan en la garganta, lo cual implicará visita al veterinario de urgencias, sufrirá después cuando vaya a defecar.


Cuidados:

·         Cuidados:

Veterinario: En cuanto el perro entre en casa por primera vez, haz una visita al veterinario, para que haga una revisión de su estado general, establezca un calendario de vacunas y desparasitaciones, te ayude a organizar su dieta, y en general, haga todo lo necesario relacionado con la salud del perro. Y no olvides que tienes que visitarle siempre que el perro lo necesite.

Ejercicio: Del mismo modo que ha de comer regularmente, el perro ha de realizar ejercicio regularmente. Trata de ser estable e imponer unos horarios fijos para ambas cosas. El perro lo agradecerá y te hará la vida más fácil. En cuanto a la duración de los paseos, la única regla es que cuanto más, mejor. Posiblemente el perro estará encerrado en casa la mayor parte del día, pero no está diseñado para la inmovilidad. La falta de ejercicio puede causar problemas de salud y desarrollar el mal carácter en el animal debido al estrés o a la frustración, por no hablar de que te puede destrozar la casa por simple aburrimiento.

                                                     

Espacio: el pastor alemán necesita un espacio adecuado para desenvolverse, si tienes espacio suficiente, le puedes hacer una “cama” particular o hacerle usar una manta en el suelo. En cualquier caso no debes dejarle dormir en tu cama (solo si tu lo has disciplinado y le das la orden, de lo contrario se apoderara de tu cama y crearas un mal habito en el perro). Recuerda que cualquier costumbre que adquiera de cachorro, puede ser difícil quitársela después.

Necesidades: Cuando el perro ha aprendido a contener sus necesidades y no ensuciar en casa, el animal se aguantará hasta reventar, antes que manchar el suelo. No le hagas sufrir innecesariamente. La regularidad de horarios es importante, de este modo el perro sabrá “cuando le toca” y hasta cuando debe de aguantarse. Enséñale a hacerlo en los lugares adecuados, y recoge sus deposiciones.

Hgiene y salud:

·         Higiene y salud: En esta sección se indican los cuidados habituales que hay que darle al perro, en el aspecto de la higiene y salud. Si se practican con regularidad se evitarán problemas mayores, que en casos extremos podrían agravarse y llegar a precisar atención veterinaria o, peor aún, contagiarte con alguna enfermedad.

Ojos: El principal problema es que se ensucian (sobre todo si el perro vive en la ciudad, a causa de la contaminación). Normalmente, esta suciedad se elimina en forma de legañas, que se le pueden limpiar con un paño húmedo. No hay que dejar que se acumulen hasta que al perro le molesten tanto que se frote con la pata.

En perros viejos, o a causa de una enfermedad o lesión, puede haber dificultades para mantener la humedad del ojo. En este caso conviene hacer una limpieza regularmente, previa consulta al veterinario para que indique el producto a usar adecuado.

Orejas: Si se acumula cerumen hay que quitarlo cuidadosamente, tal como haríamos en el caso de una persona. Pero hay que hacerlo con mucho más cuidado, ya que por la forma de las orejas del perro, si simplemente soltamos las escamas de cera, caerán al interior, pudiéndole dañar el conducto auditivo. Si no estamos seguros de cómo hacerlo es mejor dejarlo en manos de un profesional.



Dientes: Hay que controlarlos para evitar la aparición de caries. De entrada, el perro no debería comer jamás dulces, azúcar o chocolate (aparte de caries, trae problemas al estomago). Si aparecen caries, sarro, o por accidente se rompe un diente, hay que visitar al veterinario de inmediato.

A nivel más cotidiano, basta con darle regularmente trozos de pan duro y seco. Al masticarlo, el perro hace su propia limpieza. También se le pueden cepillar los dientes con un dentífrico o bicarbonato (si se deja... posiblemente decidas que el pan duro es una opción mucho mejor.

Uñas: A un perro que vive en el campo, se le desgastarán naturalmente. Si estamos en la ciudad es más complicado. Lo más probable es que le crezcan hasta el punto de resultar molestas para él y para las personas con las que convive, y en el peor de los casos dificultan sus andares. Por todo ello resultará imprescindible cortárselas, pero es una tarea muy delicada (no son como las de las personas), por lo que es conveniente acudir al veterinario.

Pelo: Basta un cepillado, no es necesario visitar al peluquero. En perros de pastor alemán conviene hacerle un cepillado a la semana como minimo, para quitarle pelos muertos y polvo. La grasa natural que el perro segrega bastará, junto con ese cepillado, para que mantenga el pelo limpio y brillante. En el periodo de muda (normalmente va parejo a los cambios de estación: pelo de verano y pelo de invierno) hay que aumentar la frecuencia del cepillado. El cepillo ha de ser tal que arrastre los pelos sueltos, pero no llegue a arrancar pelo por si mismo.

Baños: El baño debe darse un par de veces al año, como máximo, y nunca a cachorros de menos de seis meses. El cepillado periódico y la propia secreción grasa del perro sirven para mantenerle limpio el resto del tiempo. El baño sirve para quitarle malos olores, colaborar en la caída del pelo viejo, y eliminar parásitos.

El agua no ha de estar ni muy fría ni muy caliente (a unos 38º como máximo), y ha de usarse jabón neutro o champú para perros. Debe evitarse que le entre agua en ojos y orejas. También hay que evitar que el perro se enfríe mientras está aún mojado, por lo que se le debe secar bien, con una toalla o un secador (cuidando de no quemarle el pelo).

Si el perro se moja accidentalmente (por ejemplo con lluvia), hay que meterle en casa lo antes posible y secarle bien (el perro pastor alemán soporta muy bien la lluvia y los climas helados, pero de todas maneras al mantenerlo seco estamos aumentando su calidad de vida) y si es posible, manteniéndole en movimiento. Esto vale también mientras se está mojando: no hay que permitir que se quede quieto hasta que se le pueda secar.


Eliminación de parásitos externos:

Pulgas: Un indicio de que hay pulgas es que el perro se rasca a menudo. Si se da el caso hay que mirar a ver si se las ve. En caso afirmativo, hay que consultar a un veterinario sobre una loción anti parásitos. No hay que olvidar desinfectar los lugares de la casa donde el perro se tumba habitualmente, ni cualquier otra cosa que use (mantas, etc.). Los collares antiparásitos suelen ser una buena prevención, pero tienen una duración limitada, por lo que es conveniente leer bien las instrucciones.

Garrapatas: Se adhieren a la piel más fina del perro (orejas, axilas e ingles), por lo que conviene revisar periódicamente estas zonas y sus alrededores. Nunca deben arrancarse, ya que se rompen, dejando su "cabeza" en el interior de la piel del perro, y pueden provocarle infecciones. Hay muchas formas diferentes que sirven para eliminar las garrapatas. Una de ellas es usar vaselina, cubrir la garrapata absolutamente (no hay que tener miedo de tocarla con los dedos, la parte que "muerde" está dentro del perro). Hay que dejarla bien cubierta. De este modo, se tapan los poros por donde respira, lo que la obliga a soltarse por si misma y no se le causan heridas al perro. Unos instantes después de haberla cubierto bien, se la sujeta con unas pinzas y se dejará llevar. No debe tirarla a la basura, pues sobrevivirá. Hay que liquidarla bien (si decides hacerlo aplastándola, ten cuidado, porque posiblemente esté llena de la sangre que ha chupado al perro y manchará).

Piojos: Se dan con menos frecuencia que las pulgas, y normalmente solo en perros callejeros. De todas formas se contagian, también a las personas, por lo que hay que eliminarlos sin contemplaciones. Sirven los mismos consejos que para el caso de las pulgas (baño antiparásitos, y desinfección del entorno del perro).

Parásitos de la sarna: Son varios grupos de parásitos diferentes. Normalmente no se pueden detectar hasta que la enfermedad se ha producido, por lo que se necesita intervención del veterinario. Hasta que éste interviene, limpiar la piel con un antiséptico.

Higiene y cuidados en la calle: La calle es el lugar donde nuestro perro se lo pasa mejor, pero también donde están los mayores riesgos para su salud. Por tanto, conviene tomar algunas precauciones.

En cachorros recién adquiridos hay que evitar el paseo y el contacto con otros perros hasta que el veterinario les haya puesto su primer lote de vacunas, como mínimo. Es un periodo en el cual su organismo prácticamente no tiene defensas.

Posibles fuentes de contagio de enfermedades son las deposiciones de otros perros, por lo tanto hay que evitar que el perro hurgue ahí.

Es difícil. Por instinto el perro olfatea orines y deposiciones, ya que le dan muchísima información acerca del otro animal. En principio, el que olisquee no es problema. Lo que hay que evitar es la tendencia a lamer. Tampoco se debe dejar hurgar en la basura, en este caso, el riesgo para el perro no es mayor que en el caso anterior, pero si lo es para las personas. La hidatidosis es una enfermedad parasitaria, que al perro no le afecta, en tanto que solo transporta los parásitos en un momento de su ciclo de vida, pero luego lo contagia a las personas. Además de las basuras, el perro puede ingerir los parásitos a través de las heces de otro perro infectado, con lo que volvemos al caso anterior. 

En la ciudad, el perro siempre debería de ir atado, ya que podremos intervenir rápidamente, mediante un tirón de la correa, para apartarle de basuras, heces, etc., y para evitar que el perro salga corriendo si algo le llama la atención (un gato, otro perro, un niño jugando) y evitar accidentes. Recordemos que si el perro iba suelto y salta y cruza la calle y es atropellado, la culpa no será de nadie más que de nosotros.

Por instinto, un perro macho adulto tendrá tendencia a pelearse con otros machos, y a intentar montar a cualquier hembra que se lo permita. Una hembra, pese a ser menos agresiva, también puede querer pelarse con otras hembras, y si está en celo, dejarse montar por un macho. Solo si van atados les podremos controlar de inmediato. En el caso de que estas situaciones se produzcan (por algún motivo no se han podido evitar), esto es lo que se debe hacer:

Pelea: Hay que intentar separarlos. Si uno de los dos animales es muy inferior, se someterá rápidamente y no habrá más problemas. Pero como ambos sean dominantes, la pelea puede acabar muy mal.

Monta: No hay nada que hacer. Hay que esperar a que terminen y se separen por si mismos. El motivo es que, por circunstancias anatómicas, el macho no puede salir hasta que ha terminado. Si se intenta separarlos por la fuerza hay un riesgo muy alto de causar lesiones permanentes tanto al macho (afectando a su aparato reproductor) como a la hembra (desde desgarros, hasta rotura del hueso pelviano).

En una hembra en celo, hay que limitar el paseo al tiempo mínimo imprescindible. Esto solo dura unos días, y se evita el riesgo de que se produzca una monta indeseada, por no hablar de que la van a perseguir todos los perros y puede acabar asustándose.

Si sacamos al perro a un parque donde hay césped y se le puede dejar suelto, no hay que olvidar, cuando entremos de nuevo en casa, hacerle una pequeña revisión en busca de garrapatas. Hay que hacer esto también si ha estado jugando con otros perros.





·         Accidentes:

Consejos generales: Ante todo, mucha calma. Lo primero es fijarse en si el perro está inconsciente. En el caso de que no lo esté, hay que tener mucho cuidado, pues en el estado de shock producido por el accidente, el perro puede morder sin importarle que se trate de su propio amo. Lo primero es tranquilizar al perro, por el tema de las mordeduras, y también para evitar que agrave su estado con movimientos (tranquilizar al perro significa transmitirle una energía calma y no alarmarse. Recuerde que si usted esta exaltado el perro lo percibirá y se pondrá mas nervioso. Por ningún motivo acariciar a un perro en estado de shock, ya que lo tomara como un premio y puede entender ese estado como algo deseado por el amo, acarícielo solo cuando este calmado).

Una vez evaluada la situación hay que ponerse en contacto con el veterinario lo antes posible. Conviene tener a mano un número de teléfono de urgencias veterinarias.

Atropello: Además de lesiones externas (heridas, fracturas) puede tener lesiones internas. Inmovilizar al perro lo mejor posible y llamar a urgencias. Aunque el perro esté consciente y se levante por su propio pié, aparentemente “bien”, hay que llevarle al veterinario para que le exploren. No olvides que el perro no puede decir “me duele aquí”. Aunque parezca estar bien hay que hacerle un reconocimiento.

Ante la posibilidad de lesiones de columna, hay que evitar mover al perro salvo que sea absolutamente imprescindible.

Caídas desde altura: Sirven los mismos consejos que en el caso de un atropello. Apenas hay diferencia en el tipo de lesiones que se puede producir.

Luxaciones o fracturas en las patas: Hay que evitar que el perro camine. Si no sabemos inmovilizar una fractura o luxación, es mejor hacer que el perro se quede tumbado hasta que tengamos ayuda. De todas formas, lo más probable es que tengamos que llevarle nosotros al veterinario, así que lo mejor es que nos movamos rápido. Si la fractura es abierta (con herida) habrá que ponerle un vendaje antes, así que conviene tener un botiquín con lo necesario.
 


Heridas: Si son superficiales (arañazos), puedes curarlas tú a base de agua oxigenada y marcomana, o incluso, si no sangran, dejar que el perro se lama (la saliva de los perros contiene una sustancia cicatrizante, además de que se limpiará la herida mejor de lo que nosotros lo haríamos). Si necesita puntos de sutura, a urgencias. En este caso hay que evitar que el perro se muerda o rasque mientras cicatriza.
Si es una herida leve que le limpias tú, no uses algodón. Es mejor una gasa (el algodón dejará pelillos en la herida).
Heridas en peleas: Mordeduras: Además de las consideraciones generales para las heridas, no está de más una visita al veterinario para tomar precauciones contra la rabia, sobre todo si no conocemos al otro perro y no sabemos si está vacunado o no (si el otro perro no es callejero, da igual lo que diga su amo: por quien tú te tienes que preocupar es por el tuyo y más vale pecar de exceso de precaución).

Insolación y Golpe de calor: Aunque son dos cosas diferentes, en la práctica son difíciles de distinguir. En los perros suelen tener efectos mas graves aún que en las personas, pudiendo ser letal si no se actúa a tiempo.


Síntomas: postración general, pulso acelerado pero débil, mirada con expresión de angustia, movimientos torpes y mal coordinados, temperatura elevada (42 o 43 grados, o incluso más).

Qué hacer: acudir al veterinario a la primera sospecha de que el perro sufre insolación. Si no es posible hacerlo de inmediato, llevar al perro a un lugar fresco y sombreado. Refrescar al animal cubriéndole con algún paño mojado y bien frio la región craneal, y abundante agua fría en el resto del cuerpo.

Lo mejor es prevenir y evitar las situaciones de riesgo, cosa que el dueño puede conseguir fácilmente con un poco de buena voluntad. No exponer al perro al sol exageradamente, o a altas temperaturas.

Intoxicaciones: Si la intoxicación es leve, el perro tratará de vomitar lo que sea que la haya causado. Si es grave, no tendrá fuerzas ni para eso. Tratar de conseguir una muestra de lo que haya ingerido para ayudar al veterinario a identificar la causa y decidir qué hacer. En casa, lo mejor es la prevención. No dejar ningún producto tóxico ni medicinas al alcance del perro (en esto hay que actuar igual que para los niños pequeños). Si en la calle le llevas atado, tampoco habrá problemas porque podrás evitar de inmediato que ingiera cualquier cosa.

Golpes en cabeza o cara: el pastor alemán resiste muy bien los golpes en la cabeza, pero un golpe en la cabeza es un golpe en la cabeza, por lo que conviene llevarle al veterinario para comprobar que no hay conmoción.

Cuestión aparte son los golpes en la cara. Si el perro se fractura el hocico o la mandíbula, la situación es grave, pero no se puede hacer mucho más que evitar que se toque con las patas, inmovilizarle con mucho cuidado, y hacer una visita a urgencias.

Dientes rotos: La situación no es urgente, pero habrá que hacerle un empaste para evitar que el diente se deteriore. Además, si la rotura llega al nervio, necesita una endodoncia. De lo contrario, cada vez que muerda, le dolerá. Puede negarse a comer, con las consecuencias que puedes imaginar, o, como mínimo, si el perro es un perro de defensa, no morderá, lo que sería echarlo a perder. 

El Arte de criar Pastores Alemanes:

  • Arte de criar Pastores Alemanes: El primer paso que hay que dar es visitar a nuestro veterinario, ya que él es quien mejor nos puede decir el momento oportuno para que la perra se quede embarazada. Además, el especialista analiza el desarrollo del proceso, sobre todo cuando falte poco para que llegue el momento del parto, y así descartar de antemano problemas al parir.
“Criar no es precisamente cruzar dos perros y lograr una camada, tampoco criar es cruzar para obtener una ganancia. Criar es mejorar los reproductores que estamos usando, es decir producir hijos que superen en calidad anatómica y funcional a sus padres”.
Criar es en primer lugar diseñar un proyecto genético que tiene como resultado la escogencia de los reproductores más compatibles en base a un análisis  detallado de los defectos y virtudes de ambos progenitores a cruzar, así como también de sus antepasados y parientes actuales (resistencia, fuerza, agilidad, movimiento, comportamiento, apariencia en general, enfermedades (la displacía de caderas es una de las enfermedades que suele presentarse en algunos ejemplares), los reproductores deben estar saludables, con peso ideal, activos y atléticos, libres de parásitos intestinales y ectoparásitos como garrapatas y pulgas. Piel sana, pelo brillante, mucosas palpebrales rosadas, órganos reproductores libres de secreciones purulentas, con vacunaciones vigentes. Y muy importante, el bienestar psicológico, temperamento y carácter. Sin duda que la futura reproductora debe ser equilibrada, sociable, con su temperamento lleno de instintos positivos (presa, caza, cobro, etc.), segura, con excelente carácter, firme y decidida, indiferente a detonaciones y ruidos intensos. Una madre miedosa, histérica, sin temperamento ni carácter, o autista, o inestable, o anormalmente agresiva y nerviosa, transmite sus deficiencias de carácter y temperamento a los cachorros por enseñanza y aprendizaje. A pesar que en este punto la reproductora es mas importante, es ideal que el macho a cruzar cumpa estrictamente con estos mismos requisitos, lo óptimo es que sean obedientes, inteligentes, buenos compañeros, amistosos, guardianes, ósea todo aquello bueno que caracteriza al pastor alemán, y así los cachorros saldrán a sus padres, preservando la raza para su mejora futura.


Ciclo sexual de las perras:

  • El ciclo sexual de las perras Pastor Alemán: tiene varias etapas, tanto si ha sido servida cono si no.
El comienzo de la vida sexual puede comenzar a los 6 meses, desde esta etapa el celo suele presentarse dos veces al año, aunque esto es bastante variable, siendo que algunas perras ciclan cada 12 meses.

El ciclo sexual de la perra se divide en cuatro etapas: Proestro, estro, metaestro y anestro.
El proestro tiene una duración aproximada de nueve días, se reconoce fácilmente por las pérdidas sanguinolentas por vulva. El carácter en estos días se modifica, están propensas a orinar más o en lugares inhabituales, otras escapan o insisten en pasear.
Durante esta etapa la hembra atrae a los machos enviando una señal de feromonas al aire, que los machos pueden olfatear, también puede producir el comienzo del ciclo en otras hembras. En esta etapa no se deja servir ya que aún no está lista para preñarse.

El comienzo del estro es el celo propiamente dicho y es el momento en que la hembra Pastor Alemán acepta al macho y puede durar entre 5 a 10 días (incluso mas en perras irregulares). El sangrado disminuye y aceptar al macho. En esta etapa es cuando puede quedar preñada y si fue servida en el día 11 de comenzada la perdida y con un solo servicio quedara preñada, dependiendo de cada caso, puede resultar en menor o mayor tiempo.

El metaestro, es la etapa de finalización del celo. La duración del metaestro es variable, 110 a 140 días, y si la perra ha quedado preñada es el momento donde ocurren la nidación de los embriones, gestación y lactación. Son importantes también los cuidados de la perra es su pos parto.
El anestro es un período de tranquilidad sexual.
Es conveniente, para la salud de nuestra Pastor Alemán detener los servicios más allá de los siete años, siendo esto tan variable por diferentes razones que siempre es bueno consultar con un profesional veterinario.



Embarazo y desaroollo de crías:

  • Embarazo y crías: En condiciones normales, la gestación de una perra dura de 60 a 63 días, pero si las crías son grandes, este periodo puede acortarse. El embarazo se manifiesta por el abultamiento o hinchazón del abdomen, así como por el crecimiento de las mamas y los pezones, que se hacen más grandes y rosados. Estos síntomas son más evidentes en las hembras primerizas.

    Es aconsejable anotar el peso corporal del animal previo al embarazo. Si el veterinario considera que es satisfactorio, la futura mamá deberá seguir siendo alimentada con una buena dieta equilibrada, tratando de no modificar su peso. Durante las primeras seis semanas es aconsejable no aumentar la cantidad de comida, así como no incorporar suplementos nutricionales, como vitaminas y minerales, ya que se puede estimular el desarrollo exagerado de los cachorros y ocasionar problemas en el parto.

    A partir del mes y medio de gestación se debe suministrar un alimento con mayor contenido de nutrientes y energía (es recomendable un alimento para cachorros de alta calidad). Conviene distribuirlo en varias raciones al día, ya que el aumento del tamaño del útero no permite la ingestión de grandes cantidades de alimento al estómago. El tipo de alimentación debe ser recomendada por el veterinario, ya que es quien conoce mejor a nuestra mascota, y quien va a acompañar y a supervisar su maternidad. El aumento de la cantidad de comida durante esta segunda etapa deberá ser aproximadamente de un 25%, especialmente en las tres últimas semanas del embarazo.                        

         

                                                                        
    La hora de la verdad
    es muy importante tratar en la mayor medida de no entrometerse en el parto (ya que podemos alterar este proceso natural y relajante para la perra). De todas formas es conveniente vigilar sigilosamente para dar solución en caso de cualquier problema.


    Cuando la hora se acerca, la hembra se muestra inquieta, busca un lugar tranquilo y poco iluminado, por lo que es conveniente prepararle un lugar grande donde ella pueda estar cómoda con su camada (una lugar no muy cálido y con pocas comodidades, esto activa los sentidos e instintos de la camada). La temperatura baja a 37ºC y se lame la vulva con frecuencia. En esta fase, que puede durar algunas horas, es cuando se produce la dilatación pelviana o cervical.


    El proceso se iniciará con los primeros esfuerzos de la perra para expulsar su primer cachorro, que ya se encuentra en el canal de parto. Antes de que pasen dos horas después de la primera contracción, nacerá el primer perrito; en caso contrario, será necesario llamar al veterinario.


    La llegada de los cachorros
    Los cachorros suelen nacer con sus bolsas membranosas. Esta es la placenta, de un color grisáceo verdoso. Hay casos en que la bolsa se rompe durante el parto y la placenta sigue al cachorro, en otros casos nacen dos o más cachorros antes de que aparezcan sus placentas respectivas. Se debe verificar que haya tantas placentas como cachorros. Es absolutamente normal que la hembra se coma las placentas e, igualmente, muerde el cordón umbilical hasta desgarrarlo. Ayúdela sólo si observa que descuida a algún cachorro por atender a otro. Para esto debe limpiarlo vigorosamente con una toalla limpia, y a ser posible hervida, aún húmeda y tibia, hasta que el cachorro chille con fuerza.


    Entre un nacimiento y otro transcurre un periodo de 20 minutos aproximadamente. En caso de que la perra haga esfuerzos durante dos horas sin que nazcan cachorros, se debe avisar al veterinario. Es muy corriente pensar, al tocar el abdomen de la perra, que aún tiene algún hijo en su interior, pero esto se debe a que la placenta permanece en estado de rigidez durante algunas horas posteriores al parto


    Los cachorros deberán nacer muy vivaces, queriendo mamar casi inmediatamente después del parto, buscando el calor y el olor de su madre y de la camada. En la medida de lo posible se debe abrigar a los pequeños, ya que durante sus primeros días de vida no son capaces de regular la temperatura. Para ello es conveniente mantenerlos con un paño o toalla en los momentos en que la madre salga del lugar en el que ha parido. La lactancia dura de cuatro a seis semanas, siendo en la cuarta cuando se le ofrecerá por primera vez alimento sólido al cachorro. La madre comerá mucho más de lo normal durante esta etapa y es recomendable seguir con el alimento para cachorros.
 


·         Estimulación temprana en cachorros:

Recién nacidos: Cinco beneficios ocurren en perros expuestos al programa del Bio-Sensor (programa que se lleva a cabo en perros de asistencia y en perros militares de estados unidos):

·                 Mejora cardiovascular.
·                 Latidos más potentes.
·                 Glándulas suprarrenales más eficientes.
·                 Resistencia al stress.
·                 Mayor inmunidad a las enfermedades.

Este método debe realizarse entre los tres y los dieciséis días de edad. Para su buen resultado requiere del manejo de cada cachorro individualmente, una vez por día, y realizando cinco ejercicios (3), los cuales estimulan a los recién nacidos de una manera que ellos jamás conseguirían a tan temprana edad. Cada ejercicio demanda de 3 a 5 segundos y los pasos son los siguientes:

1-Estimulación táctil: El guía, sosteniendo al cachorro en una mano, ha de realizar un cosquilleo suave en las patitas del perrito mediante un bastoncillo.

2-Contener la cabeza erguida: El instructor, usando ambas manos, pondrá vertical al cachorro, sosteniendo derecha su cabeza, de tal forma que ésta quede por encima del tronco. 

3-Poner la cabeza hacia abajo: Después de coger al cachorro firmemente con ambas manos, la cabeza apuntada hacia abajo, en dirección al suelo.

4-Posición supina: Se coge al cachorro de tal modo que su espalda, repose en las palmas de las manos del guía; allí se le permite que duerma o luche hasta acomodarse a gusto. 

5-Estimulación térmica: El instructor, utilizando una toalla húmeda y enfriada en el refrigerador durante cinco minutos, apoya al cachorro sobre ella, situándose con los pies hacia abajo. Si quisiera salir de la toalla, deberá contenerlo.

Se reitera que estos ejercicios no se repetirán, realizándose una sola vez por día, ni se extenderán más de lo recomendado. Algunos cachorros se oponen a ciertas pruebas; en tal caso, proceder suavemente, intentando no estresar al pequeño, pues la sobre estimulación del sistema neurológico podría producir resultados negativos.

La socialización: es muy importante para la calidad de vida del perro y debe efectuarse en una breve “ventana” que va de la semana número 3 a la semana 16 de vida. Esta consiste simplemente en que amplíe sus contactos con otros perros (perros amigables), que conozca otros humanos, que realice actividades diferentes (como pruebas de obstáculos, juegos, etc.), conozca diferentes olores, diferentes lugares, ruidos, texturas y situaciones. La sobreprotección materna trae nefastos resultados, como falta de iniciativa, menor inteligencia, temor, falta de curiosidad, stress, etc. Por todo esto es muy importante para la vida del futuro pastor alemán, una primera infancia con estimulación temprana y en contacto humano. Sus mejores habilidades se verán potenciadas y estarás en posesión de un mejor amigo, compañero y protector.

Enriquecimiento para toda la vida: La tercera y etapa final en el proceso de crecimiento intelectivo y desarrollo recibe el nombre de Enriquecimiento. A diferencia de los dos estadios anteriores, este período no posee una ventana límite de oportunidad. Enriquecimiento significa la suma positiva de experiencias que tiene un efecto acumulativo sobre el individuo.

Las típicas experiencias enriquecedoras implican la exposición a una vasta variedad de intereses, nuevas y excitantes vivencias con oportunidades de investigar, manipular e interactuar con el entorno.

Al mensurar perros adultos, los resultados demuestran que animales criados en ambientes ricos, interesantes, disponen de la tendencia a ser más inquisitivos y capaces para realizar tareas dificultosas.